Irbing Alberto Espinoza Cruz
Su noviazgo era doloso y tormentoso. Cada vez que salían al cine, restaurante, café, o a alguna plaza siempre era lo mismo; una pelea, llantos y gritos. Pasaron juntos más de dos años y era una relación insufrible que ya no se podía mantener en pie.
Después de un tiempo de que la relación terminó, él se sentía solo y su alma rota que en las noches en su maldita soledad solo pensaba en una cosa, “grítame de nuevo, por favor”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario