1.9.16

El Sacudidor de Libros

Ali Villanueva
Tenía seis años cuando eso inició, no lo recuerdo muy bien pero así comenzó. Aprendiendo a leer con padres ausentes para enseñarme iba a la biblioteca cada tarde y tomaba todos los libros que podía. Siempre los dejaba en su lugar, acomodados como lo pedía el letrero verde olivo de la pared trasera. Todos los días hacía lo mismo y volvía con la esperanza de retomar el libro del día anterior para continuar la lectura, pero no podía ¡sorpresa! Cuando tomaba los libros estaban rotos y no rotos de un costado de una página sino rotos de verdad, con un navajazo por en medio. Estaba cansada, llevaba tres meses consintiendo la misma situación. 



Un día, después de leer decidí esconderme para saber qué sucedía; y ahí estaba, el maldito sacudidor de libro. Lo vi tomando los cuentos que yo había dejado y en vez de sacudirlos maldecía mientras sacaba una navaja “niños tontos que saben leer” y clavo su navaja en las portadas de cada uno. En ese momento vi cómo sangraban los libros. Por fin sabía quién había sido. Descubrí el misterio… no pude resistir hacer lo mismo con su viejo e ignorante cuerpo. Después me fui, satisfecha, porque nadie volvería a sacudir mis libros de esa manera.

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Proyecto de Luis Ricardo Ramos Hernández y estudiantes.

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Muy leído