22.10.19

Me Chingue la Cabeza!!!


Por: Verónica Sánchez Pérez

Al entrar a la secundaria me interese por jugar fútbol soccer, en las clases de Educación Física siempre me proponía para jugar con los chicos, claro, nunca tocaba el balón, los niños querían ser protagonistas de la cancha. 
Después ingresé a preparatoria, las chicas futbolistas de la escuela me invitaron a formar parte de su equipo, estaba muy emocionada, los entrenamientos eran los sábados por la mañana y aparte teníamos partido en la tarde.
Me compre mis tacos, calcetas, espinilleras, balón y todo los necesario para triunfar con el equipo, sin embargo, siempre es necesario empezar de cero, al inicio de la liga sabatina perdíamos, bueno la verdad nunca ganamos porque en una ocasión la portera se fracturó la mano, en otra la delantera se luxo las piernas, muchas veces no se completaba el equipo, etc. A pesar de eso seguíamos con todo el animo, tanto que llegó la oportunidad de representar a la escuela a nivel zona en los concursos de centros escolares, no teníamos dinero para comprar los uniformes así que los pedimos prestado a un equipo de chicos.
Llegó la hora de nuestro primer partido, lo ganamos y así pasó con el segundo y tercero, nos faltaban dos para pasar a los estatales, estos dos últimos se jugarían el mismo día y en la misma cancha, un juego tras otro, fue en Tehuacan, todo marchaba bien, una chica se había fracturado un día anterior la mano y aun así fue a jugar, el equipo se había completado y el autobús había llegado para llevarnos a las canchas, pero siempre debe haber un drama, antes de llegar al punto de juego se descompuso el camión, estábamos como a media hora de camino caminando y ya era hora de jugar, todas nos cambiamos rapidísimo y nos echamos a correr, llegamos sudadas, ya habíamos calentado con esto así que ya no era necesario realizar estos ejercicios. Luego, luego inició el partido, metemos el primer gol, pero no duró mucho pues nos ganaron por unos 12 de diferencia. Terminado, comenzó el quinto partido, si lo ganábamos lográbamos pasar, pero no fue así, perdimos. Nadie se aguitó, todas estabas muertas de risa por lo sucedido, ah por cierto, una chica se falseó el pie.
Ahora teníamos que regresar, al parecer el autobús ya estaba en buenas condiciones para llevarnos, nos subimos y descansamos mientras llegábamos a nuestro hogar, de pronto, aproximadamente como las 7 de la noche en la carretera de Amozoc explota algo en el autobús, todas pensamos que no la contábamos, pero no, todas corrimos y nos bajamos, afortunadamente esto pasó junto a una gasolinera, sin embargo, el transporte ya no funcionó, nos mandaría otro, mientras llegó fuimos a comer al oxxo y comenzamos a platicar sobre lo que había pasado, todas estaban muertas de risa, también jugamos fútbol, como en 4 horas llegó el medio para llegar a casa. Ahora todo salió muy bien.
Todo esto fue tema de conversación de toda la preparatoria y también una inspiración para entrar al siguiente concurso de centros escolares. 
Los entrenamientos comenzaron de nuevo, conseguimos que la escuela nos proporcionara los uniformes, todo marchaba bien, cuando de pronto, era un sábado por la mañana, como las 8 para ser exactos, estábamos haciendo un ejercicio de carrera, cuando de pronto sentí que mi cuerpo perdía el equilibrio y ¡ZAZ!, caí hacía atrás, en ese momento ya me había chingado la cabeza. Me desmaye, después de 5 minutos reaccione, estaba mareada, me dolía muy fuerte la cabeza y quería vomitar, el maestro me llevó a mi casa, pero mi mamá no me veía nada bien, así que me llevó al doctor, cada vez me daba más y más sueño, pero mi mamá no permitía que durmiera, llegamos a una primera clínica me pusieron tres inyecciones y me mandaron al hospital, llegando al hospital me hicieron esperar 1 hora, tenían que confirmar que no estaba embarazada, pero para este momento ya vomitaba sangre, así que decidieron pasarme de urgencia, en ese punto ya no supe nada, hasta que desperté, mi mamá estaba a lado de mi, no podía moverme, mi cuello tenía un esguince en el cuello, mi cerebro estaba inflamado y me sentía muy débil. Todo mejoró en dos días y me dieron de alta, sin embargo no pude ir por dos meses a la escuela, real cada vez que hacía un esfuerzo mental mínimo, me comenzaba a doler la cabeza.

En Estados Unidos, más de 30 millones de niños y adolescentes participan en algún tipo de deporte organizado y sufren cerca de 3,5 millones de lesiones cada año, las cuales impiden la participación por un período de tiempo. Casi una tercera parte de todas las lesiones que se producen en la infancia están relacionadas con los deportes. Las lesiones más comunes son las distensiones musculares y los esguinces. Obviamente, algunos deportes son más peligrosos que otros. Por ejemplo, es normal que muchas de las lesiones se produzcan en deportes de contacto como por ejemplo, el fútbol, y no en deportes donde no hay contacto, como lo es la natación. Sin embargo, siempre existe un riesgo potencial de que se produzca una lesión, ya sea a causa del traumatismo por contacto con otros jugadores o por el uso excesivo o incorrecto de una parte del cuerpo.
Casi 75.000 niños de 5 a 14 años recibieron atención médica en salas de emergencia por lesiones relacionadas con el fútbol

Yo tarde 1 año para recuperarme por completo, estuve en el hospital y apunto de no despertar, por esto disfrutó y valoró lo que hago, ya no pongo mi alimentación y sueño por encima de nada (estos fueron uno de los principales indicadores de que me cayera), nadie se hará cargo de lo que nuestra familia y nosotros nos pase.
Como me dijo la doctora que me atendió: ¡HIJA, CON SALUD TODO, SIN SALUD NADA!                   

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Proyecto de Luis Ricardo Ramos Hernández y estudiantes.

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Muy leído